La cabeza debe tener líneas definidas y ser proporcionada al cuerpo. La frente despejada, ancha y con mucha distancia entre las órbitas, demostrando con esto gran inteligencia.
El perfil de la cara debe ser recto. Cuando se presenta cóncavo, es decir, hundido, indica que el animal es tímido; en cambio, si es convexo, pronunciado, el animal puede tener un genio boluntarioso.
La quijada ancha, con músculos fuertes, lo demuestra como buen animal. Los ojos deben ser grandes, de mirada definida y muy separados.
Las orejas de tamaño mediano, activas, alertas al menor ruido que se produzca a su alrededor.
El cuello, largo, ligeramente arqueado, musculoso y erguido.
La unión de la cabeza y cuello y éste con las paletas, debe ser armónica, constituyendo un elemento importante para diferenciar el sexo, que hace a la hembra elegante y al macho arrogante.